Esta semana les dejo un cuento largo
y dos cortos. ¡¡¡Que los disfruten!!!
El primero, perteneciente a la
sección CUENTOS CLÁSICOS ARGENTINIZADOS:
Alicia En El País De Las Pastillitas
Cuentan que Alicia, una risueña niña que descansaba junto a su
hermana en una ribera, estaba medio dormida cuando vio un conejo blanco con
chaleco y un reloj de bolsillo; y, por lo curioso de la situación, comenzó a
perseguirlo. Al meterse en la madriguera del conejo, cayó en un mundo extraño
donde los animales hablaban, las cartas estaban vivas y las reinas cortaban
cabezas; y una vieja oruga, según dicen, le dio a comer unos hongos que la
hacían grande y otros que la hacían pequeña.
Primero que nada, si partimos del hecho de que a la pibita se le
apareció un conejo blanco con un chaleco y un reloj de bolsillo, ya tenemos la
pauta de que la protagonista no estaba del todo bien de la cabeza. Encima, si
lo empezó a correr, es porque el hambre no la tenía a bien traer. Eso o alguna
familia de plata andaba encaprichando a su mascota, como esa gente que le pone
capas de lluvia y sombrero a los perros.
Segundo, al caer por la madriguera se pegó un golpe de la puta madre
en la cabeza que la dejó bastante mareada. Empezó a caminar por el bosque
tambaleándose y golpeándose repetidas veces con los árboles.
Luego, según la historia clásica, se cruzó con un sombrerero loco,
un lirón adormecido y una liebre de marzo, que tomaban el té sentados frente a
una gran mesa llena de tazas, panes, mantequillas y teteras… ¡Era una re joda que
organizaron en lo del sombrerero! El chabón estaba loco por tomar tanto “té”,
una especie de caipiriña que tenía ingredientes especiales que lo ponían a uno
medio histérico; como ésos ingredientes que le mandan a los tragos en ciertas
fiestas electrónicas… El lirón estaba medio dormido porque la “mantequilla” que
le ponían al pan tenía también ingredientes especiales, pero de los que te provocan
el efecto contrario a los del “té”. Y la liebre de marzo era de marzo porque
abril aún no llegaba. Con la cabeza aun dándole vueltas, la pobre niña se sentó
a la mesa a tomar el “té” y comer un pan con “mantequilla”… Para mal, conoció a
un viejo al que le decían “La Oruga” porque andaba diciendo que, en cuanto
tuviera la plata que le pedían para la operación, se iba a “transformar como
mariposa”; y quien, ante el hambre que decía tener la niña, ya que un té
especial te puede levantar el ánimo pero no te llena en estómago, le convidó
unos hongos mágicos que unas veces la hacían crecer y otras veces la
empequeñecían… ¡Bah…! ¡Ella era la que se agrandaba unas veces, y se achicaba
otras! ¡Las otras pibas no entendían nada! ¡Alicia se hacía la mala, y cuando
la iban a cagar a palos se cagaba toda!
No es de sorprender que, al salir de la joda en casa del sombrerero,
Alicia se vio en medio de un enfrentamiento entre, por un lado, la policía,
gendarmería y prefectura; y, por el otro, la barrabrava del Club Atlético
Independiente que salía de perder con Racing. Nuestra protagonista los confundió
a todos con una baraja de naipes. ¡Los negros querían romper todo! Y Alicia
estaba tan afectada por el golpe, el “té”, la “mantequilla” y los hongos, que
también terminó tirándole piedrazos a los
milicos.
La reina de corazones se trataba de la novia del jefe de la
barrabrava; quien era, casualmente, la mayor transa de la zona. Por eso, cuando
ella gritaba “¡Que le corten la cabeza!”, era porque alguno de los clientes les
había quedado debiendo y no quería pagar; o porque alguna mina le estaba
haciendo la competencia y se quería levantar a su novio.
Al final, Alicia terminó internada en un centro de rehabilitación;
ya que los hongos mágicos estaban espolvoreados con “azúcar mágica”.
Fin
Victor Gabriel Pardo
Derechos Reservados
Segundo de esta semana, y de la
sección CUENTOS LINDOS, RAROS Y ESPANTOSOS:
¡Cuántas Cosas Fuiste!
Eras el objeto de mi amor, la
balanza con que mi corazón sopesaba todas las cosas, la medida de mis locuras,
la razón de mi paciencia infinita y la recarga de energía que tantas veces
aparecía en el momento justo en que yo agotaba mis reservas.
Eras la luz de todas mis mañanas, y
la píldora para dormir por las noches; excepto, claro, cuando eras una película
para adultos en 3D.
¡Con razón me acusabas de que te
trataba como objeto!
FIN
Victor Gabriel Pardo
Derechos Reservados
Y finalmente, el tercero de esta semana y de la sección CUENTOS DEL
CAZADOR Y NATURA:
La Vida Después Del Hombre
Un día, los hombres dejaron de adorar a los Dioses. Y, conscientes
de su propio poder, se adoraron a sí mismos, vanagloriándose. Ofendidos, los
Dioses desataron su furia; y el tiempo de los hombres terminó.
Hoy la vida florece nuevamente, y el ser humano es tan sólo un mal
recuerdo. A veces, alguna especie aprende a fabricar armas y a dominar es
fuego. Pero no pasan de allí; ya que, al ver que llegaron a ese punto de la
evolución, algún olímpico baja y se
encarga de eliminarlos.
Es mejor prevenir que curar.
FIN
Victor Gabriel Pardo
Derechos Reservados
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